Saberes, botánica y creencias: las curanderas, sanadoras con plantas
En Cuenca, las prácticas ancestrales han perdurado y se han integrado en la vida cotidiana de las personas, formando parte esencial de la identidad cultural y de un sistema alternativo de salud. A pesar de los avances de la medicina moderna, la medicina ancestral sigue siendo una alternativa válida y valorada por quienes buscan una conexión con la naturaleza y sus beneficios curativos naturales.
La medicina ancestral: un conocimiento transmitido por generaciones
La medicina ancestral ha sido transmitida de generación tras generación, basado en el uso de plantas medicinales para curar diversos males. Según Valencia (2023) las mujeres curanderas han sido históricamente rechazadas a causa de estructuras patriarcales y religiosas, pese a que su conocimiento es esencial para la salud de la comunidad no han sido reconocidas como tal. En comunidades rurales y urbanas, curanderas y sanadores han mantenido este conocimiento vivo, aplicándolo en la sanación de enfermedades físicas y emocionales. Por medio de entrevistas con curanderas, botánicos, pacientes y expertos en salud mental y emocional, se conocerá la importancia de este saber tradicional.
Plantas medicinales dejan un legado natural
Juan Sarango, botánico dedicado a la conservación de especies medicinales, menciona algunas de las plantas más utilizadas en la medicina ancestral, como el toronjil, el pensamiento y el tigresillo, empleadas para aliviar dolores estomacales, corporales y emocionales, sin embargo, advierte sobre el peligro de extinción de algunas especies, como el laurel de cera, debido a la explotación comercial y el impacto ambiental.
El conocimiento de estas plantas se transmite de generación en generación, basado en la experiencia y en la observación de sus propiedades curativas. A pesar de los avances en la medicina moderna, la sabiduría de la botánica tradicional sigue siendo fundamental en muchas comunidades. Además, Cerón (2006) destaca que la medicina ancestral no solo se enfoca en el tratamiento de síntomas, sino que busca la armonización de individuo con su entorno natural y espiritual.
Diana Godoy, quien ha convivido con una curandera, relata cómo desde niña ha sido tratada con infusiones de orégano, higo y manzanilla para aliviar dolencias comunes. Según su testimonio, la medicina natural ofrece beneficios sin los efectos negativos de los medicamentos farmacéuticos, a pesar de esto, reconoce que hay enfermedades que requieren atención médica convencional.
Las curanderas utilizan una combinación de baños, infusiones y preparados para tratar diversos padecimientos, incluyendo problemas menstruales, respiratorios y postparto. La demanda por sus servicios ha crecido, atrayendo pacientes de distintas comunidades en busca de alternativas naturales para su bienestar, así lo señala Diana en una entrevista. Para confirmar esta información, existe una investigación sobre la medicina ancestral, en donde Ruiz (2013) señala que las especialidades en medicina tradicional incluyen disciplinas como la partería, la herbolaria y la sobada, cada una con métodos específicos de diagnóstico y sanación.
Medicina ancestral y salud emocional
Según Ruiz (2013) la medicina tradicional y la psicología pueden complementarse, debido a que ambas consideran el bienestar emocional como parte del proceso de curación. Así lo confirma Jenny Cullquicondor, psicóloga, que destaca la relación entre la medicina ancestral y el bienestar mental. Menciona que algunas plantas, como la valeriana y la lavanda, pueden contribuir a la reducción del estrés y la ansiedad, además, enfatiza la importancia de los rituales y limpias como herramientas simbólicas que pueden generar un efecto positivo en los pacientes, siempre y cuando el paciente sea creyente de esta medicina.
En el ámbito de la psicoterapia, el enfoque integrativo reconoce la importancia de la medicina ancestral y su aplicación en el tratamiento emocional. La conexión con la naturaleza y la comunidad puede ser clave para el bienestar psicológico, promoviendo un sentido de pertenencia y sanación.
El impacto espiritual de las limpias y rituales
Las curanderas como Narcisa Mayawar y Luisa María Sisalima enfatizan la importancia de los rituales y limpias energéticas en el proceso de sanación. Según Mayawar, la combinación de plantas como la ruda, la Santa María y el poleo permite liberar el mal aire y restaurar el equilibrio emocional.
Estos rituales no solo tienen un impacto físico, sino también emocional y espiritual. Jhoan Jiménez, un fiel practicante de la medicina ancestral, explica que las limpias le han ayudado a superar dolores de cabeza, fiebre y fatiga, además de fortalecer su conexión con su espiritualidad. La espiritualidad juega un papel clave en la resistencia cultural de las curanderas, quienes combinan conocimientos indígenas, afrodescendientes y campesinos en sus prácticas (Valencia, 2013).
Medicina ancestral en la actualidad
La medicina ancestral a pesar de su efectividad y tradición enfrenta desafíos, como la falta de reconocimiento oficial y la pérdida de algunas especies medicinales, sin embargo, sigue siendo una alternativa accesible y valiosa para muchas personas que buscan sanar de manera natural. En Cuenca, las prácticas ancestrales han seguido dándose por colectivos de mujeres curanderas como las que se mencionó anteriormente, que buscan preservar y documentar estos conocimientos como parte del patrimonio cultural de la ciudad.
El conocimiento de las curanderas y sanadores con plantas sigue vigente, demostrando que la medicina ancestral no es solo una práctica del pasado, sino un camino de sanación que aún tiene mucho que ofrecer a las futuras generaciones. El reconocimiento de la medicina ancestral dentro de los sistemas de salud sigue siendo un desafío, aunque algunas instituciones han comenzado a integrar terapias complementarias, aún existe desconfianza por parte de la comunidad médica. La investigación científica podría ser clave para validar estas prácticas y garantizar su continuidad, así la gente podría basarse ya no solo en experiencias, sino también en argumentos para confirmar la efectividad de esta medicina tradicional.
Otro problema es la pérdida de espacios naturales donde crecen muchas de estas plantas, sin medidas de conservación, algunas especies podrían desaparecer, llevando consigo un conocimiento valioso, así como lo mencionaba Juan Sarango.
El papel de las nuevas generaciones
Diana Godoy también menciona que el reto ahora es transmitir estos saberes a las nuevas generaciones, mientras algunos jóvenes se muestran desconfiados, otros han comenzado a interesarse por la herbolaria y las prácticas ancestrales. Iniciativas comunitarias y proyectos educativos han surgido para fomentar el aprendizaje de la medicina tradicional, garantizando que este conocimiento no se pierda con el tiempo.
La medicina ancestral sigue siendo una alternativa de sanación vigente, capaz de complementar la medicina moderna y de proporcionar bienestar tanto físico como emocional, la clave para su preservación radica en su reconocimiento, en la educación y en el esfuerzo conjunto de comunidades, investigadores y gobiernos para valorar este conocimiento. Al integrar lo mejor de ambas medicinas, se abre un camino hacia una atención más integral de la salud, respetando tanto la sabiduría tradicional como los avances científicos.
Referencias
Valencia, A. (2023). Mosaico para hacerse una curandera-sanadora: orígenes, saberes y prácticas desde el conocimiento situado. Universidad de Antioquia. https://revistas.uasb.edu.ec/index.php/kipus/article/view/4236/4080
Ruiz, C. (2013). Medicina tradicional, psicología y medicina basada en la evidencia. Universidad Nacional Autónoma de México. https://ru.dgb.unam.mx/bitstream/20.500.14330/TES01000699588/3/0699588.pdf
Cerón, C. (2006). Plantas medicinales de los Andes Ecuatorianos. Universidad Mayor de San Andrés. https://www.beisa.dk/Publications/BEISA%20Book%20pdfer/Capitulo%2018.pdf.
